Finalmente tenemos aquí el nuevo LP de Curtis Eller’s American Circus “Poison Melody”. Es sorpendente como muchos artistas pierden parte de su esencia y gracia a lo largo de los años y en el caso de Eller sea, una vez más, una reafirmación más de principios introduciéndonos de nuevo en su América secreta, aunque no necesariamente desconocida. Aunque bien es cierto que algunas referencias a nosotros, europeos, se nos pueden escapar.
La portada, una vez más, corre a cargo de la ilustradora y esposa Jamie B. Wolcott con su reconocible estilo. Como lo es también el estido del bueno de Curtis. Que jamás decepciona.
“A Poison Melody” es la nueva melodía venenosa que nos trae el músico de Detroit que una vez más nos introduce dentro de ese sur secreto sur. Este comienza con “Radiation Poison”, que nos traslada al pánico nuclear originado por el presidente Truman al lanzar las famosas bombas de Hiroshima y Nagasaki y todo lo que vino a continuación y que, desgraciadamente, aún vivimos. “No Soap Radio” nos introduce al asqueo y desazón de ese sur secreto (Término acuñado por David Eugene Edwards con el tercer álbum de 16 Horsepower) al que nos referimos, porque bien sabemos que si ha habido un tiroteo y aparece en televisión, posiblemente es que haya sucedido en Texas. La dulce melodía es la “Poison Melody” es la tercera pista del álbum, una melodía envenenada que crece y crece. “Union Hall” destila mordacidad sobre el concepto que se tiene sobre la americanidad.
La lenta y desnuda “These Birds” nos hace de puente con la segunda parte del álbum. Esta comienza con el “Pay The Band”, con una influencia bluesy más que marcada y paseándonos por la historia reciente, recordando la década de 1930s. “Lenny Bruce” nos habla de la pérdida, la ausencia y la necesidad. Enlaza con una versión de uno de los padres de la canción protesta y el folk moderno, Pete Seeger”, con el “Waist Deep in The Big Muddy”, famosa canción censurada y uno de los mayores himnos contra la guerra del Vietnam.
Dos pistas ahermanadas le siguen, “Before The Riot”, que dura menos de un minuto y que enlaza automáticamente con “After The Riot”, con más incorrección política que en anteriores pistas y de nuevo ironizando sobre ciertos ideales de vida. El álbum de Eller crece sin estridencias, de forma lógica. Lo que nos da una bien seleccionada tracklist, que crece y decrece y lentamente se funde con una excelente “No Words to Choose”. Un excelente y emotivo final.
Pese a el cambio de instrumentación, pese al reconocible y constante banjo de Eller, y la adhesión de nuevos instrumentos, el estilo de Curtis Eller y su American Circus está siempre presente. El estilo no desaparece. Siempre sabes que estás en la buena dirección. Si aún no conocéis la obra de Curtis es un buen momento para ello, y bien podéis comenzar con éste álbum. Podéis haceros con él en su Bandcamp aquí.
Cabaret de Medianoche