El último evento de nuestra organización fue un gran despropósito y ha hecho que, muy amistosamente, parte de la organización del “Cabaret de Medianoche” haya optado por escindirse de nosotros. Ningún mal asunto, ninguna amistad rota ni ninguna mala cara entre nosotros. Eso jamás. Pero, desgraciadamente, nos encontramos que hay mucha gente en la ciudad de Barcelona que prefiere hacer daño a que la gente pueda realizar sus eventos con normalidad. Unos eventos que, curiosamente, les reportan beneficios económicos para ellos y que el “Cabaret de Medianoche” se conforma con las migajas, bastantes dolores de cabeza y el poder dar cierta continuidad a fiestas y eventos. Realizados únicamente para que la gente pueda pasárselo bien en marcos únicos e incomparables; pero quizá por incomprensión, extrañas luchas territoriales y cierto punto de egocentrismo, precipitan que las cosas acaben saliendo mal y dificulten que “Cabaret de Medianoche” siga siendo algo más que una simple web o un programa de radio, sino también fiestas y eventos en donde la libertad está por encima de todo.
A lo largo de los últimos tiempos me he ido dado cuenta de cómo funciona ciertas cosas del mundo de la noche y de cómo se valora cierta audiencia y/o target. Muchas veces se acaba resumiendo únicamente en dos baremos: Franja de edad y poder adquisitivo. A partir de estos valores, asumimos que tendrán X o Y gustos, sin que nada más importe. Ni su respeto por los demás e intereses por algo. Se asume que serán de cierta forma y no queda otra opción válida. Por eso me alegra pensar que a lo largo de los últimos años he tenido la fortuna de ver cómo las sacras e inviolables estadísticas estaban completamente equivocadas.
O al menos lo están cuando hablamos de lo que es “Cabaret de Medianoche” y todas las otras fiestas que han sido previamente. A lo largo de los últimos años me he encontrado gente de un amplio margen de edad, quizá demasiado amplio, de más de cuarenta años entre el más joven y el más viejo, pero en donde existe una única premisa: Pasárselo bien de una forma diferente. Entendiendo de forma diferente el hecho de que no sólo es la organización del evento quien debe implicarse a todos los niveles, sino también la sala que nos acoge y también el público. Es más, en más de una ocasión, la sala no se ha implicado en absoluto, pero la gente que conformamos “Cabaret de Medianoche” hemos tratado de transformar una simple sala en un lugar de reunión y hacer que una sala de aspecto mediocre se convierta en un lugar único e irrepetible en donde celebrar nuestras fiestas; en donde podamos coronar reyes bavaros y mantenernos al márgen de la legalidad de los años 20, esperar una guerra inminente o reunirnos con plañideras para celebrar un último adiós.
A partir de ahí, bailamos y representamos, tanto fuera como dentro de la escena, en más de una ocasión el verdadero espectáculo se encuentra en la pista de baile y no en el escenario, desde donde se van disparando temas pasados de moda, de reelaboraciones de pasados que han existido y de otros que jamás existirán, de punk cabaret, de country, de swing… Cosas que no suenan en nuestro siglo, cosas que no deberían sonar y sonidos que no deberían mezclarse, pero que, en cierto lugar, es posible.
Porque es el Cabaret de Medianoche. Una extraña puerta que aparece en ciertas ocasiones y que te invita a un sugerente viaje a celebraciones de tiempos pasados en donde todo el mundo es bien recibido, pero al que siempre le sugerimos que trate de camuflarse de la mejor forma posible entre las gentes de tiempos pasados. Ellos bien estarán demasiado ocupados pasándoselo bien y no les resultará demasiado molesto un extraño, pero, ¿Qué mejor forma de pasárselo en grande en una fiesta sintiéndose como uno más y no como un simple añadido?
El problema es que son muchos quienes no lo entienden y únicamente son felices no otorgando ningún tipo de credibilidad a aquellos que van disfrazados o prefieren tomarse su ocio de una forma diferente sin que te lo den todo hecho y haya espacio libre para la imaginación, posiblemente el mismo desprecio que pueden tenernos aquellos que consideran un club y un evento, un mero lugar en donde ligar y acontentar con cierta regularidad a la pareja por el mero hecho de salir de casa un sábado noche. Son gente que nos encontramos a diario, los que nos observan y -en demasiadas ocasiones, también- juzgan a todos por igual y de mal. Poco importa el esfuerzo invertido en la realización de una crinolina, la elaboración de un traje totalmente espectacular o el haber adquirido un sombrero de copa en alguna tienda de disfraces, sólo somos un hatajo de bohemios. Y quizá no seamos más que eso: Un hatajo de bohemios que hace fiestas para los de su misma condición…
El término francés bohémien define a la perfección lo que es el “Cabaret de Medianoche”, pues no sólo hace referencia a gente de apariencia estrafalaria, sino también de hábitos desordenados, sino también de artistas, zíngaros y, por extensión, seres errantes. Así que nuevamente debemos levantar el campamento, dejar una parte de nosotros atrás y seguir caminando. Abandonamos Station y tomamos un nuevo rumbo, ir a un nuevo lugar que esperamos que sea mejor para todos, ¿Que a donde iremos? Eso es aún una incógnita. Pero volveremos más pronto de lo que podáis imaginar.
Mientras tanto debéis tener claro que la actividad en la web de “Cabaret de Medianoche” no cesará, pues, como siempre, habrán nuevas notícias de géneros musicales como el steampunk, el cabaret oscuro, el country alternativo y demás. También habrán siempre nuevos vídeos, entrevistas a artistas y recomendaciones de lugares a los que ir y visitar. También seguirán habiendo nuevos podcast y la emisión de estos desde la barcelonesa Radio Pica. El hecho de que obtengamos cierto rechazo nos hace ver que estamos en la dirección correcta y que persistiremos en ello. Nos gusta y os lo merecéis. A todos aquellos que siempre venís, a los que alguna vez nos habéis visitado y aquellos que seguís queriéndonos visitarnos. Es por todos vosotros por quien hacemos esto.
Me gustaría finalizar éste pequeño alegato a “lo que sea o esté por venir” por una canción de una banda de punk-cabaret llamada “The World/Inferno Friendship Society”, que en el año 2007 publicaron su álbum “Addicted to Bad Ideas: Peter Lorre’s Twentieth Century” y que en la penúltima canción de este álbum afirmaban: “Because I can / ‘Cause no one can stop me / ‘Cause it makes up for things I lost / Because I’m addicted to bad ideas and all the beauty in this world“, y eso me lleva a pensar que quizá es una mala idea seguir en ello. Quizá una mala idea para salas que sólo quieren llenar sus salas de gente guapa, esto hace que difiera en exceso de su concepto de lo que es la belleza y de lo que es pasárselo bien.
Por fortuna son muchos los amigos y público que me dan la razón y que vienen a las fiestas queriendo bailar y ser personajes increíbles en un mundo que ya no existe. Quizá, por eso también, son personas increíbles.
Nos vemos muy pronto, nos vemos en el circo…