He revisitado una vez más el polémico documental "Ciutat morta", en el que nos habla de un sonado caso de negligencia jurídica, corrupción policial y torturas que aconteció entre los años 2006 y 2010 en la ciudad de Barcelona y que acabó saldándose con la muerte por suicidio de la madrileña Patricia Heras en el 2010 por haber sido acusada falsamente de tentativa de homicidio y dejar a un policia en estado vegetativo durante los altercados del 4F, en el que unos "okupas" la emprendieron contra un grupo de policías.
¿Que qué fue el 4F?
Durante años, en la calle Sant Pere més baix de Barcelona albergó un teatro de titularidad pública que era usado para realizar fiestas ilegales con el beneplácito y/o pasividad del consistorio municipal, ¿El porqué de todo esto? Para hacer posible que viejos arrendatarios y otros ciudadanos del barrio de Sant Pere y la Ribera abandonasen sus casas o accediesen a ser recolocados en pisos de protección oficial lejos de los "okupas" que a diario les martirizaban con sus fiestas hasta altas horas de la madrugada… O al menos eso es lo que decía la versión oficial, la versión no-oficial nos dice, además, que éste teatro era propiedad del ayuntamiento de Barcelona y que querían echar a ls vecinos de toda la vida de la zona a fin de rehabilitar edificios y convertirlos en espaciosos lofts para que turistas adinerados y gente con posibles (económicos) disfrutase de la -pija y- bohemia barcelona sin temer por gente tan vulgar como normal.
Durante el desalojo de éste teatro, el Palau Alós, en el que los agentes de seguridad fueron indebidamente equipados, recibieron todo tipo de pedradas y -lamentablemente- lanzaron macetas, una de estas macetas impactó sobre la cabeza de un guardia urbano que acabó dejándolo en estado vegetativo.
Y ahí fue cuando Patricia Heras, que estaba en el hospital porque había caído de la bicicleta y se había hecho daño, y otras personas de estética "antisistema" fueron detenidas y torturadas porque un policia quedó en estado vegetativo debido a una fractura en la base del cráneo. Los responsables: "Un hatajo de antisistemas". Eso fue la gota que colmó el vaso para ellos, pues detuvieron de forma aleatoria a diferentes personas de estética "alternativa"/"antisistema"/"marginal". Gente -potencialmente- peligrosa, por lo que parece. Si alguien está a cierta hora en un hospital con cierta estética es un renglón torcido de Dios o al menos un buen cabeza de turco. Así no habrá que investigar de más y todos estaremos más tranquilos sabiendo que la ciudad en la que vivimos y -para nuestra desventura- amamos, sea algo más homogénea y menos característica, y sobretodo y lo más importante, mucho más "limpia y segura".
Ciutat morta
Desde entonces, son muchos los que han alzado la voz por la mala práxis por parte de la guardia urbana y jueces, porque eso quiere decir que cualquier estética "fuera de lo común" o -moderadamente- alternativa que adopte cualquier persona la hace candidata a ser, cuanto menos, de terrorista genocida. Así pues, vemos que esto es una medida represiva más a añadir al listado de libertades recortadas. Pues ahora hasta parece delito vestirse de forma "diferente" y adoptar una estética que al agente medio no le guste.
Durante años escuché consejos de familiares de "No te vistas así, que te va a pasar algo". Curiosamente me ha pasado en diferentes ocasiones de que valientes salvapatrias decidieron emprenderla conmigo a base de puntapiés al grito de "¡Viva España!" y "Heil Hitler!", gracias a los puntapiés que me propinaron supongo que fueron capaces de salvar el país e hicieron de éste un lugar más cómodo en donde vivir. Asumo que las torturas ejercidas por estos cerdos devolvió la movilidad al agente en estado vegetativo. Lástima que en ambos casos erraron el objetivo, los pelados de mierda que en reiteradas ocasiones me han partido la boca no han salvado su país de la bajeza moral ni de la miseria porque a) Las cosas no se arreglan dando coces b) Menos aún si es a la persona equivocada que lo único que ha hecho ha sido toparse con salvajes. En la acepción de salvajes podemos encontrar de la misma manera a estos policías que a los que me agredieron en innumerables ocasiones porque sí. Debo añadir que la estética gótica en mi caso es un punto en común. Supongo que también soy, a óptica de algunos, un antisistema. Además, ¿Quién soy yo para contradecir a aquellos que se toman la justícia por su mano? ¿Acaso alguien normal que no tiene nada que ver con la enajenación mental de muchos? ¿Un antisistema, quizá?
Pues quizá sí que sea un antisistema, sólo que es una cosa que me he ido dando cuenta con el paso del tiempo. Al ver que esta sistema, que teóricamente está concebido para que todos tengamos la misma igualdad de oportunidades y seamos iguales ante la justícia sea una falacia que ya no hay nadie quién se crea. Sobretodo en lo que se refiere en la presunción de inocencia, que ha sido el leitmotiv de que existan denuncias por torturas y que una persona haya muerto.
Me sorprende cuando veo como ciertos periodistas y opinólogos se rasgan las vestiduras acerca de la presunción de inocencia de Iñaki Urdangarín y la infanta, así como de otros políticos y gestores públicos a los que han pillado con las manos en la masa y aún así apelan a la justicia para que nadie vulnere su honor. Obviando el hecho de que ellos mismos ya han vulnerado su honor actuando despóticamente y vanagloriándose de ello una y mil veces. Curiosamente como los 5 minutos que censuró el juez durante el pase de "Ciutat morta" en el C33, que no la propia CCMV catalana, unos cinco minutos censurados en el que veíamos un interrogatorio de asuntos internos de la policia que avergonzaba y recriminaba el falso testimonio del jefe de informadores de la guardia urbana y aunque le instaron a dimitir, posteriormente recibió una medalla al mérito policial.
Mientras escribía estas líneas me he enterado de cómo excarcelaban bajo fianza de 200,000€ a Bárcenas, cómo la causa de atropello de Esperanza Aguirre era archivada así como también era nuevamente archivada la causa del 4-F y cómo Sílvia Villullas, amiga de Patrícia Heras y una de las personas que aparece en el documental "Ciutat morta" era despedida en su primer día de trabajo en la empresa "Segur Ibérica"…
¿Realmente somos antisistema o es que el sistema está en contra de nosotros? Porque entonces, señores, no están equivocados. Somos antisistema y estamos en contra del suyo, corrupto y desalmado del que ya no queremos saber nada.
Ciutat Postmortem
El impacto de la aparición hace dos años de éste documental y la aparición en la televisión pública es real, porque todos podemos sentirnos identificados con la historia real que nos cuenta. No únicamente porque en cualquier momento pueden vulnerar nuestros derechos sin despeinarse en pos de mantener una descabellada teoría que hace quedar al consistorio municipal y a la guardia urbana cómo a los buenos y a cualquier nota discordante de su armonía como a los malos.
A título personal me siento identificado como "gótico", como lo llevo siendo desde hace más de quince años y sufriendo en innumerables ocasiones agresiones, insultos y comentarios jocosos de ciudadanos de a pie tan válidos como yo. En ninguno de estos casos he tenido el respaldo de ningún agente de la ley, por mucho que estos estuviesen ahí delante luciendo placa y porra.
También me siento identificado a título personal como alguien que organiza eventos en donde la estética es -habitualmente- extrema o simplemente extraña. Puedo imaginar los comentarios jocosos y ofensivos que habrán recibido amigos y conocidos yendo a mis eventos en metro, tren o por la calle y sé cómo de mala es la gente para negarse a comprender que no todo el mundo es cómo ellos y que su opinión nos importa una mierda, la misma mierda que debería importarles a ellos la estética que unos u otros adquieran. Estamos en un país libre, ¿No?
Bueno, supongo que sólo para ofender y marginar a aquel quién se expresa de forma diferente.
Xavi
Te aplaudiría si pudieras escucharme. Bravísimo, Xavi. El cambio será lento y dolerá, pero acabarán pagando todos.